Bar de barrio en la zona de la estación de trenes de Santa Justa.
Dispone de un salón interior grande y de una terraza con mesas. La decoración es bastante simple y algo anodina. Carta sencilla y con diferentes ofertas. La comida me pareció de muy baja calidad. Entiendo que su fuerte son los desayunos.
El personal es muy amable y simpático. El precio, bueno… ni caro ni barato. Normal.
Clasificación de la experiencia: mala. No puedo recomendar este sitio. Quizás para ir a desayunar.




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