Hotel céntrico en Granada. No está en el centro centro pero casi. El acceso es cómodo debido a que está junto a la circunvalación y dispone de un parking al lado del hotel. Cuando el parking está lleno puede ser un poco molesto entrar y salir de él.
Cuando te sitúas frente al hotel te das cuenta de que es un gran hotel. Quizás de ahí el nombre. Es grande de tamaño y grande de lujoso. Sin tirar cohetes pero bien.
La recepción es, pues como la de todos los hoteles cuando los huéspedes llegan todos a la vez. Un poco caótica. Tuvimos que esperar bastante a que nos dieran la habitación.
El hotel tiene una gran hall con varios ambientes. Los ascensores fueron rápidos y no nos costó encontrar la habitación. Ésta era espaciosa y estaba muy limpia. Reservamos una habitación familiar y cumplió nuestras expectativas. Las camas eran un poco raras. Muy grandes y aparentemente cómodas pero se movían mucho y hacían ruido. Nos sorprendió un poco esto.
Las vistas eran buenas. Teníamos enfrente un Corte Inglés y un Hipercor. A lado había una especie de centro comercial con un gimnasio. Tiendas, bares…
El hotel olía muy bien. Había ambientadores por todos lados y se notaba. El buffet del desayuno era más que correcto. Realmente no podría criticar nada de él. Sin demasiadas aglomeraciones y con muchas mesas disponibles. Comida para todos los gustos y preparaban huevos y tortillas al momento. Los zumos, la prueba de fuego de los buffets, no estaban del todo mal. A destacar un detalle que nos gustó bastante. Fuimos en época navideña y habían colocado en la entrada del buffet una pequeña mesa con mantecados, turrones ya cortados y una botella de anís. Un gran detalle. Sí.
El hotel dispone de piscina para el verano y de un bar de cocina moderna. No es un hotel barato pero creo que su precio es acorde a lo que ofrecen.
Clasificación de la experiencia: buena. Me gustó bastante este hotel.
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